Las preguntas, o de por qué la realidad es tan perversamente terca
Cuando se pregunta a una persona adulta dónde ha aprendido lo que sabe de arte suele activar inmediatamente su viaje a Italia, su visita al NOMAy hasta los más afortunados recuerdan una entrevista radiofónica a Hernst Gombrich. Pocos recordamos aquellas clases de instituto donde una profesora, en muchos casos honestamente ensimismada en la belleza de las obras, nos aporreaba la memoria reproductiva con los nombres de las hojas en racimos que adornaban lo alto de las columnas de los templos griegos (chivatazo, era acanto),…