Durante la última década, o quizá podría decirse desde 1983, fecha de las primeras Jornadas de Educación Ambiental organizadas por la Dirección General del Medio Ambiente en Sitges, la educación ambiental ha experimentado en nuestro país un crecimiento que en biología se denomina “explosivo”. Algunos índices de este crecimiento, no sólo cuantitativo, pueden ser el rango “oficial” de la EA en los currículums como tema o dimensión transversal y el elevado número de jornadas, congresos y publicaciones de diverso carácter referentes a ella. Pero lo más importante es el número c…