Niños y niñas como María y Juan son habituales en las aulas. Los primeros parecen auténticos terremotos, no paran quietos, les cuesta mucho entrar en una dinámica grupal y consiguen desesperar muy a menudo a los educadores.
Niños y niñas como Juan también están en las aulas, niños a los que, a veces, después de pasar las horas ni siquiera hemos oído hablar.
Cuando los niños y niñas llegan al aula, traen ya consigo un bagaje emocional que determina su conducta y su forma de relacionarse con nosotros y con el resto de niños y niñas del grupo. De este modo, su integración y su …