De lo que digo y pienso que hago… a lo que en realidad hago. De lo que decimos hacer en equipo… y hacemos. De hacer sin pensar… a pensar el quehacer.
Los niños y niñas son cuerpo y, como tal, necesitan moverse, sentir y sentirse, experimentar sobre su propio cuerpo y el de los demás, descubrir sus posibilidades de acción. Y para eso necesitan de educadoras y educadores que vean en el movimiento una necesidad vital y, por tanto, planifiquen y tomen decisiones al respecto. Liberemos esos cuerpos silenciados entre sillas y mesas que en innumerables ocasiones «chillan».
Sandra Mediavilla Rodr…